marzo 21, 2008

Enseñar Filosofía? (III)

Ya no se enseña a memorizar, sin embargo es algo que uno tiene que aprender si ha hecho del pensar filosófico su camino. Porque como indica en otro lugar Steiner: “Aprender de memoria significa, en primer lugar, trabajar con un texto de una forma absolutamente excepcional. Lo que uno ha aprendido de memoria cambia con uno mismo, y la persona se transforma con ello, a su vez, a lo largo de toda su vida”. La práctica de la filosofía requiere del trabajo con textos que cambiarán con uno mismo desde la memoria, pero eso no se enseña (en las escuelas), eso se aprende (en las escuelas, también). Un curso de filosofía que no trabaje un texto desde el cultivo de la memoria, está destinado a ser sólo amnesia planificada en un plan de estudios. Al cultivo de la memoria hay que añadirle el cultivo del silencio. No confundamos el aburrimiento con el silencio, que muchas de las aulas más bulliciosas, lo son porque reina en ellas el aburrimiento. Mas el silencio tiene que ver con la memoria y con los caminos del pensamiento. Un maestro del que se aprende, no llama al respeto ni al orden, ni al silencio en sus clases de un modo aparatoso y amenazante. Un maestro del que se aprende se le respeta naturalmente. De un maestro del que se aprende, lo primero que se aprende es el silencio –no impuesto bajo amenazas-. Del silencio emerge la respuesta a una pregunta aún por formular. Del silencio emerge la respuesta a una duda que apenas se está sabiendo que se tiene, que aún no se pensaba. La memoria y el silencio conducen a la pasión. La pasión es lo que se aprende por encima de lo que se enseña. Una enseñanza filosófica sin pasión no produce aprendizaje. Cabe añadir que no hay que confundir pasión con acciones estratégicas de carácter dramatúrgico destinadas a la persuasión negativa.

4 comentarios:

Cyrana dijo...

Agradezco tremendamente que te decidiste por crear un blog. Asì puedo tirarme un clavado de vez para cuestionarme y rehacer los discursos.
besote!

Marco Antonio Millán dijo...

Hola....la decisión me tomó a mi por sorpresa...me alegra que lo visites de vez en vez...un beso.

Anónimo dijo...

Y que pasa si el calendario de nuestra memoria no tiene inscrita ninguna fecha o dato importante. ¿No hay pasión? o ¿se sufre de amnesia?

Marco Antonio Millán dijo...

Lo más probable es que ni una cosa ni la otra, porque la memoria es agradecimiento, aprendizaje y silencio. Puede haber pasión, acaso sin querer, por la amnesia. Tal parece ser el deporte nacional.