marzo 19, 2008

Enseñar filosofía? (II)

La enseñanza masificada actual parece estar conformada más de persuasión que de pasión. Con persuasión a los estudiantes (discípulos, educandos o alumnos) se les puede enseñar corrientes, escuelas y autores de filosofía, se les puede enseñar a elegir entre éstas y aquellos, se les puede “invitar” a que se lea un texto en lugar del otro, a que se lea desde un cierto ángulo un texto o contexto, a que se matriculen en un curso y no en otro, etc, es decir se les puede persuadir para bien o para mal, siempre en la pretensión de enseñarles algo. Pero la filosofía no se enseña con esas rutinas académicas de la persuasión que invitan a crear comunidades de sentimientos y frustraciones compartidas. Dice Steiner: “Un maestro invade, irrumpe, puede arrasar con el fin de limpiar y reconstruir. Una enseñanza deficiente, una rutina pedagógica, un estilo de instrucción que, concientemente o no, sea cínico en sus metas meramente utilitarias, son destructivas. Arrancan de raíz la esperanza. La mala enseñanza es, casi literalmente, asesina y, metafóricamente, un pecado” (Steiner: 2004). Parte de la mala enseñanza radica, dicen algunos pedagogos, en el aprenderse de memoria las cosas. Pensemos exactamente lo contrario: lo único que se puede aprender (y particularmente en filosofía) radica en un uso fructífero de la memoria.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y frustrados estamos sobre todo con los dogmatismos con que se rigen las escuelas y que equivalen a la destrucción de las capacidades inventivas de los estudiantes, esto impide que los estudiante aprendan. Passmore considera que, “la disciplina […] lejos de cultivar la imaginación, por su naturaleza la mata […]”[Passmore: 1981] Ciertamente que la rigidez de los programas no da cabida al verdadero aprendizaje, como también es cierto que en algún grado de primaria tuvimos que aprender las tablas de multiplicar, pues así lo marcan los programas de educación, pero si nos ponemos a pensar un poco en cómo lo aprendimos, muchos aceptaremos que fue de forma mecánica o repetitiva, con la típica cancioncita y muy pocos tuvimos la oportunidad de aplicar un método que pudiera ser más provechoso.

Entonces como alumnos es de gran importancia luchar para que las escuelas abandonen los dogmatismos y eliminen la rigidez en los procedimientos de aprendizaje.

Marco Antonio Millán dijo...

Eso es una ardua tarea, con varias batallas perdidas...pero continúa, sigue...esa lucha, en lo cotidiano de las aulas...