abril 17, 2018

Entre una y la otra

Afuera, allá, entre tormentas reales,
de agua y electricidad,
hay algo que nace
de nuestras proyecciones. Ego
colectivo, al unísono en
la realidad.

Dentro, aquí, entre sucesos
de vida y muerte,
hay una cotidianidad más plena,
más capaz y menos percibida.

Entre una y la otra,
se anuncia,
lo inmortal.

Aniversario

Una cierta paz que redunda
en alteridades inconclusas,
que desmembra latitudes
de donde penden colores
que ayudas a cambiar con
la voluntad de tu presencia.

Siete veces siete, transformado
este cuerpo mío, que creo
a cada instante. Año 49 de mi vida.
Año cuarentaynueve desta vida.

Hermanito

Vimos juntos,
con los ojos del buda,
el sufrimiento de los nuestros.

Y ahí estaba la luz
del príncipe
que desciende en el crepúsculo.

Lo sentíamos vibratorio
en su centro. Y sus manos
en las nuestras: pleno.

Cuántos cantos asimos
por la plegaria, cerca
de tu imperio y de tu raza.

Hermano, hermanito,
lleno eres de gracia.

Año 75

Otra trinidad,
interconectada, siendo una,
pero ya-no-más
la otra.

El que anticipa,
                El que ejecuta,
                         El que difunde.

Antiguos maestros redimidos.

En el año 1975 las señales
                                         advienen.

Azul metálico

Yendo a la siguiente
estación planetaria.

Qué fue del recuerdo
sereno de anhelos paseantes
en dichas sin soberbia
y deseadas desde tiempos
atrás
inabarcables y remotos.

Tanto como los de la siguiente
estación. La de los metales
y las corrientes imperceptibles
que todo lo resuelven
en el tacto inmediato.
Sin corazón.

Pulcritud y liso
color azul metálico.

Placas rotas

Paseamos surcos
en vaivenes interminables
de desastres por venir.

Asistimos al flujo
incalculable
de inéditos presagios
rotos
en ese vaivén de tiempo
y esparcidos,
desordenados,
espacios de madera
y polvo.

Saltando de un temor
a otro, inseguros,
impulsados por el miedo,
tomamos el aire
ya asfixiado y los libros
crujían con nuestras pisadas.

Se invirtió la escalinata,
interminable,
de abajo hacia arriba,
a las calles de rostros asustados.

Inmersión en tectónicas
placas rotas. En rostros
que en silencio
se acarician en consuelos.

Urgencia telúrica
del sobresalto:
la amenaza,
la muerte. La fe
como recurso limpio:
último sentido
que socava
lo incontrolable.
Temblaba.

Águila en descenso

La fe que viene,
extraviada siempre
fue.

Desde tu imagen
de antiguo noble,
águila en descenso, recompones
el sentido de los
actos silenciosos. Las
virtudes que en añejas
fuentes se cultivan.