septiembre 13, 2008

Instantáneas III

Agamben, nos llama de nuevo, a considerar los problemas de Imagen de la teología cristiana. Por ejemplo nos recuerda el enlace entre el tema de la vida eterna y la imagen. La resurrección de Cristo era un verdadero problema a la hora de justificar la forma que tendría el resucitado. ¿Qué imagen debería de tener el muerto? La cuestión no es banal y, una vez más, estamos frente a un asunto que implica a la identidad. En este caso a la identidad entre el muerto y el resucitado, porque dicha certeza de identidad era (o es) el más firme paso para avalar la salvación (objeto y sentido del Kristos). No es una cuestión menor si se trata de imaginar al resucitado, por supuesto que eso no es privativo de los primeros padres de la Iglesia, sino de cualquier director de cine que intente dicha imagen. Sería Orígenes en el tercer siglo de la era cristiana quien vincule la resurrección a la imagen (eidos, dice Agamben) y no al cuerpo, para permanecer idéntica a pesar de sus transformaciones materiales. No poca cosa para la cristiandad.

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