abril 07, 2009
El yodo y San Pablo
Después de meninas y garotas,
es una bocanada de aire puro
el río yodo.
Lo sigo y me acerca
a lo que rápido olvido.
Retomo.
Vuelvo de donde Igor, Tálita,
Diana, Amelia, Aparecida,
Rosy, Fer, Gisela y
Camila,
fueron la hospitalidad paulista.
Vuelvo, entonces, al río yodo.
Lo retomo.
En la noche de San Pablo
apareció la luz,
la única luz,
de la vida.
Ya sentado,
en mi escritorio,
vuelvo al río yodo.
Comienzo a redactar
un proyecto nunca terminado.
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2 comentarios:
mmm...indudablemente el Rio Yodo podría ser una fuente de inspiración para cualquiera que desea terminar algún proyecto inconcluso pues por las fotografías que he visto en la red. El río yodo parece inmenso y dotado de una belleza extraordinaria. Uff... ¡que envidia por usted que lo tuvo en vivo y a todo color he!
Un río es un remanso, una actitud y sí, acaso, termine algo. Saludos.
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