agosto 23, 2010

Ella I

Ella:
la última.

La del ya-no-más.
La del aún-no.

La última:
la advenidera.
La que guarda el canto de los secretos.
Los secretos de lo sencillo
de lo puro,
de la pureza.

La última:
la de magnánima alma,
la de magnánima dureza.

La que apura el trago soberano
de las desdichas, la que mira y exclama,
otra vez,
por el perdón de los pecados,
de los que siguen
sin saber
lo que hacen.

La última:
la primera pasajera
del país del perdón.

La que advierte,
sin ser advertida,
del amor como causa
del odio.

La última: auténtica,
única,
parousía.

Voz que llama
en la resurrección
de los justos.

Parousía=última=huella

Advenimiento: advertencia primera.

Casa última,
causa íntima,
nuestra casa.

Casa de huerto,
del fruto,
de la divinidad perdida.
Ella, siempre llena de gracia.

Oración por venir,
oración del último día,
oración de la última huella,
del último paso
y la última invitada: ella.