junio 24, 2008

non-pater

Para la filosofìa la materia prima fundamental de reflexiòn es la vida misma. La vida es un entramado de posibilidades, de poder-ser algo, de poder-ser alguien, de poder-hacer, pero las posibilidades dadas por la vida, sòlo son reales si se asumen decisiones. Las decisiones oportunas marcan no sòlo el destino de nuestras posibilidades en la vida, sino que hacen posible esa entidad que llamamos tiempo. El tiempo humano es el tiempo de las decisiones oportunas. Si se dejan de tomar decisiones o al dejar que alguien màs las tome por ti, se deja pasar tiempo. El tiempo, entonces, no acontece como una dimensiòn fuera de nosotros o por encima de nosotros, sino que el tiempo es la posibilidad de ser lo que somos al tomar decisiones. En filosofìa existe una manera de diferenciar esas cualidades de tiempo: llamamos Kairòs al tiempo de la decisiones oportunas, en tanto que Cronos es el tiempo con que medimos nuestras actividades rutinarias en la vida, por ejemplo aquellas que dependen del reloj.

El rol del hombre mexicano frente a su esposa e hijos puede ameritar mùltiples enfoques, pero desde la sencillez de la filosofìa intentamos decir algo fundamental. Creer que uno es algo es una cuestión de asumirlo con decisión o de dejarse que a uno lo asuman las decisiones ya tomadas por alguien màs o por una sociedad. Por ejemplo, “hombre mexicano” puede ser producto de ideas y roles asumidos por una generalidad media e indiferenciada, que en filosofìa recibe el nombre del “Uno Indiferenciado” donde básicamente el “hombre mexicano” no toma la decisión de serlo sino que asume un rol marcado por la sociedad, asimismo asume un papel de padre y esposo segùn cànones sociales (de nuevo el “uno indiferenciado”), pero dichos roles no son autènticos porque no son libremente elegidos: son impuestos de forma imperceptible. Dejemos a los antropòlogos la sana tarea de precisar què es ser mexicano y enfoquèmonos al hecho de asumir la decisión de tener hijos y ser esposo.

Ser esposo implica una decisión trascendental (en filosofìa “trascendental” quiere decir que vale ya siempre) y màs aùn ser padre. ¿Por què Trascendental? Ser esposo y ser padre, son modos existenciales de nuestro poder-ser algo, esos modos implican decisiones que son tiempo, dedicaciòn y cuidado. Una decisión que vale ya siempre requiere de cuidado de una decisión oportuna (Kairòs), en el sentido de que no se puede permitir uno medir tiempo de duraciòn (cronos) del compromiso con la pareja o con los hijos, sino que ese tiempo vital està marcado por nuestras decisiones, nuestro cuidado y nuestra libre voluntad. En verdad no pasa el tiempo con tu esposa y tus hijos, no pasa nada de eso que llamamos tiempo: ni en los cumpleaños ni en los aniversarios, porque el tiempo se hace posible en la convivencia del cuidado cotidiano, un cuidado que se distingue de otros cuidados, puesto que se trata de un cuidado amoroso. Sòlo hay tiempo en el amor del cuidado y eso no nos lo recuerdan las fechas, sino la voluntad cotidiana.

Finalmente pienso que una relaciòn se construye sin medida. Al construir un hogar, construimos un modo de habitar, no se construye para habitar, al contrario se habita para construir, se habita en el cuidado de la decisión amorosa cotidiana y sòlo desde allì se construye algo. Eso, creo, aùn es muy ausente en la constitución de un matrimonio actual. Dejar de ser un “hombre mexicano” o la mexicana, serìa un buena ruta de acceso a lo otro.