noviembre 18, 2015

Narciso, impoluto.

Vamos así,
en la transparencia.
Advierto un sol
que desnuda,
en el barullo
de bytes y recomendaciones
de plástico, sus
diversas resistencias.

La sombra que proyecta
ideas, es
la sombra verdadera. No
aquella de la luz. Sólo
el narciso, impoluto,
habla de lo sagrado
como su espejo
de inocua resurrección
perenne.

Viejo, como
su temblor de manos.
Oscuro, como
su pelo blanco.
Decrépito, que
balbucea incoherencias
e inhospitalidad
en la red de redes.

Cree ser la luz
y lo es. Muy positiva,
muy elocuente
en el olvido de las sombras
dulces. Su amarilla
compañera,
atosigada, cura
sus confianzas huecas
y absorbe, palmo a palmo,
la crudeza de su blanco
espejo.

noviembre 12, 2015

Al lado

Estás al lado. Nombra
con el perdón
las insuficiencias propias
que en los otros ves.

Amanece en el favor
de la palabra
y dicta decidido
las encrucijadas
ocultas del camino.

No eres un mesías,
pero puedes sonreír
y advertir la cálida
recepción
de las miradas indiferentes
que a tu lado circulan.

Danza y abrázate a ellas.
Obtén su celeste claridad
y atiende las señales
que depositan en los ruegos.

Tus preguntas sean
desde el silencio impasible.
Habla lo preciso,
ordena el porvenir
con deseos puros.

Desde aquí
alza la mirada
y con los ojos
del discípulo amado,
alaba a la hurí
-la de ojos de gacela-
que ondea la alborada:
a ti se te entrega.


noviembre 11, 2015

Gabirol




Un vaivén en el deseo
inconcluso que no salva
la distancia que mueve
nubes como tiempo.

Arguyo un suplicio
que infesta, que hace
dunas de arena
en la tierra prometida,
la otra, donde
Gabirol mece
las manos
buscando fecundos
versos.

Jardines del Generalife






Y aquí está el aire
filtrando una cuerda solar.
En ella,
lo que lento acude
se detiene a mirar el suceso
en los jardines del Generalife.

La Roja



Sobre la assabika reposa
La Alhambra. No ostenta nada:
produce silencio en su ingravidez.

Sus muros son armonía esparcida:
un sitio ahí se eleva.
Conjunción que enaltece
la nobleza de su roja tierra.